Teniendo en cuenta que los gatitos son animales apenas semi domesticados, tu mejor aliado a la hora de educarlo será su disposición al aprendizaje, motivado por refuerzos positivos, es decir, los premios; ya sean unos deliciosos snacks o sus galletas favoritas.
La mejor manera para enseñarle a un gatito cómo usar su arenero es ayudándolo a relacionar el olor de sus excrementos con el lugar en donde está ubicada la caja. La primera vez que lo haga, tómalo con un guante y ponlo en la arena; ahora lleva al gatito para que huela y reconozca que ese es el lugar en donde debe hacerlo. Felicítalo inmediatamente después de usarla.
Ubica la arenera en un lugar calmado y tranquilo, donde no haya ruidos bruscos ni mucha gente pasando. Para los gatitos es muy importante la privacidad, pero también la pulcritud; no la ubiques cerca a su área de alimento y agua. Recuerda mantener limpia la arena y recoger los desechos todos los días.
Esta conducta es natural en los gatos bebés; pelean con las paticas y atacan con uñas y dientes. A esa edad, debemos dejarlos que mordisqueen y recorran el espacio, ya que es fundamental para su conducta exploratoria. Cuando crecen, debemos enseñarles que la agresividad no es la mejor manera de relacionarse con los humanos. Pasadas las 3 semanas, cada vez que el gatito nos muerda en busca de juego, debemos fingir “estar muertos” o emitir un chillido, ignorarlo completamente y dejar de jugar, así el gatito relaciona el fin del juego con su actitud mordelona.
Para motivar su espíritu cazador y que tus manos no sufran las consecuencias, puedes usar un juguete tipo vara de pescar. Dale su recompensa cada vez que muerda sus juguetes y no a ti.
Recuerda también que los gatos son independientes y tienen sus propios límites, respétalos. Estando más grande, es probable que te muerda o arañe por haberlo tocado bruscamente o por ponerlo en una situación que lo haga adoptar una postura defensiva. Si tu gato necesita espacio, dáselo. Si no quiere que lo toquen, no lo hagas.
Los gatos rasguñan muebles por dos motivos fundamentales: quieren marcar su territorio con las glándulas de sus patas y limar sus uñas. La mejor forma de evitarlo es introducirlos desde pequeños al uso del rascador. Cuando veas a tu gato rascando un mueble, llámale la atención con un aplauso o sonido repentino.
El sonido lo asustará y dejará de arañar, pero recuerda solo usar este sonido específico para reprender esta conducta, si lo usas para regañarlo por otros asuntos, el gato se confundirá y no lo asociará con los rasguños. Llévalo inmediatamente al rascador para que sepa que ese si lo puede arañar.
Si insiste en dañar los muebles, cúbrelos con algún aroma cítrico o mentol, a los gatitos les desagrada ese olor. ¡Recuerda recompensarlo con galletas o caricias cada que use el rascador y no el mueble!
Fuentes
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